Siempre este peso
pegado a las entrañas
o a la espalda—una joroba
que no impide caminar,
pero que lastra
mi paso o su donaire.
Siempre los fardos
menguándome la marcha
con un retraso de días
enteros respecto al andar
habitual que yo tenía
y ya no tengo
—muerto ambulante.
Cargar, voy siempre cargado
con el bulto de esta espada
que no he de usar,
por mellada
o inútil para el combate.
El pólipo siempre, constante
este tumor: la tara
que, de extirparla, yo debería
destriparme de parte a parte
y sacar —de nuevo día—
mi espíritu al sol,
al sol y a las oportunidades.