4 de Junio 2004

Confianza metódica

¿Duda metódica? ¿Y por qué no confianza metódica? Decir que sí de entrada, menospreciando los augurios en contra y a favor. Sorber, que ya habrá tiempo sobrado para escupir (si fuera necesario, y sólo en ese caso). Abrir los párpados de par en par, empaparse de la novedad nunca vista ni oída antes —al menos, yo no la recuerdo: soy una mente sin pasado—, sentir y consentir a tumba abierta, ser uno con la propia algarabía, sin ironía ni distancias preventivas: admisión pura y sin mezcla.

¿Recelar? ¿Y privarme de entrada de las bazas que me podrían redimir? ¿Pedirte la documentación? ¿Y relegar tu rostro indefinido al cajón de las fichas desechadas por cumplir los protocolos? Reconocer es olvidar.

Prefiero hacerme el sordo y disfrutar de tu nombre atiborrado de promesas. Prefiero desoír el aullar de las alarmas (acaba de pasar una ambulancia) que condenarte sin pruebas, sólo porque eres quien eres y vienes como tú vienes: con las dos manos por delante y la ambigua señal entre los ojos — goce o tortura, qué sé yo, si no te identifico, oh tú, la bienpensada.

Escrito por Eneas Fog a las 4 de Junio 2004 a las 02:03 PM