El proyecto bueno
es el proyecto yerto,
el bluff,
lo infructuoso.
¿La vía excelsa?
La que está muerta,
el callejón sin salida:
la esterilidad.
Al fracasar, preservas
el gesto en estado de promesa,
el ánimo suspendido
previo a la consumación.
Perdiendo, ganarás
la inconcreción consustancial
a los signos idos,
la verdad como argamasa
no definida, la ilusión
implícita en lo romo,
lo ajado, lo raído.
La derrota es el reino
de la eterna posibilidad
por su fin no maleada.
En su hueco yo instalo
mi segura morada
junto al precipicio.