Para Marea Alta, por si lo lee
Los frutos del mar:
esta concha,
ese vaivén,
la cambiante
voluntad de irse
y volver en único
gesto poco orientado.
La gesta de las olas:
acrecentarse
con cada nueva sustracción
de su ser siempre el mismo
perseverancia
que apenas lo parece.
Su narración
(no la constancia) de todo ello:
la sigilosa
marca en el agua
que, si accede
a ser comunicada
es porque, acto seguido,
ya se empieza a retirar.