Ambiciono una quimera
si es posible arborescente o,
en su defecto, que no se pueda talar:
un gran ensueño redondo
con salidas por todos lados:
una entelequia
del pensamiento al contactar
con los siete sentidos capitales
una ilusión, un espejismo,
un desorden de la sensibilidad
exacerbada por el pensamiento
un signo ambiguo
que no diga nada y todo lo permita
adivinar
un gesto remoto
un guiño amigo
una obsesión:
el rango exacto de la charada
al mutar en fundamento.
Se hace camino sentado,
mientras se fragua
la remota orientación de la mañana.
Se empieza a volar
corriendo hacia atrás, como quien salta
por sobre sus propios cálculos.
Se vive aguardando
una señal para elevarse
hasta el límite de la albaguarda.
Retenerse es derramarse
hacia el confín de lo impensado.
Nutre la llama que no decrece,
ni se extingue ni va a más:
refléjate en lo siempre igual
para mutar eternamente.