HORAS SIN RITMO
Perdí el swing, así que vago
por entre las horas sin ritmo:
la canción tan sincopada
que me hace tropezar
a su pesar en el compás se obstina,
¿como augurio o amenaza?
Al viejo danzón
no le preguntes:
perdido el tren de la rutina
musical, también se le ha extraviado
el don de la melodía.
LA PULPA Y LA CORTEZA
¿Para qué
luchar por mantener
la pulpa fresca,
si cada día
que pasa la corteza
que la aísla
y protege se vuelve
más dura, insípida
y reseca?
LA CAL DE LOS DÍAS
La cal de los días,
mezclada con el agua
corriente, obtura
las cañerías.
Aprende
tu también la oscura
lección, la coraza.
Ligadura de trompas,
trompetas y trombones.
Atadura de fagotes,
de cornetas,
saxofones
altos, sopranos y tenores.
Mordaza de las flautas
dulces y traveseras.
Cadalso del oboe,
del fiscornio y la dulzaina,
de la tuba y de las viejas
armónicas afinadas sólo en si.
Soga del clarín.
Tos del clarinete.
Obstrucción de los silbatos.
Fracaso
de los pífanos de siempre.
Herrumbre del aire
amplificado por el timbre
rabioso del sentido.
Absurdo instrumental:
cesto sin mimbres.
El aliento vagando
a la busca de un oído.